Lúmin VS Tierra
Introducción
En
la torre de Citnun estaba todo revuelto, se oían pasos de un lado a otro, pero
el que comunicaría a Riban lo que ocurría era el que más inquieto estaba, aquel
personaje dejó atrás a la multitud alborotadora y se adentró en el pasillo que
llevaba al salón central donde probablemente
estaban los miembros superiores de la
torre, poco a poco el ruido de la multitud se fue quedando atrás y solo se oía
la respiración agitada de aquel joven y sus pasos, los pasos fueron cesando
poco a poco hasta que se dejaron de oír, eso sí, el chico seguía con la
respiración alborotada, se encontraba delante de la enorme puerta que conducía
al salón, el joven respiró hondo y abrió la puerta de un golpe que resonó en
toda la estancia, los miembros superiores se giraron de golpe y contemplaron
aquella figura que estaba en medio de la puerta y que parecía quedarse sin
aliento era un joven de unos 16 años era alto y tenía una mirada fría, pero en
ese momento desprendía una chispa de temor, tenía buenas facciones su cabello
era corto y castaño y sus ojos eran de color azul, un azul suave.
-¿Qué
es esta insolencia?, como te atreves a intervenir de esta manera- Preguntó uno
de los hombres que había en la sala, era Trango, el consejero de Riban, era un
hombre de mediana edad pero las arrugas y el color moreno de su piel le hacían
parecer más mayor.
El
joven no se ando con rodeos y sin disculparse, sin ni siquiera pedir permiso
entro a la estancia y se dirigió a una silla en particular, era la que más
destacaba de todas, era grande, y era la que estaba en el extremo centro de la
mesa, girada dando la espalda al chico, estaba dirigida a la gigante ventana
que se abría en una pared, el chico se puso en frente de la silla, hizo una
leve reverencia, y comunicó al hombre que había sentado en la silla, un hombre ya mayor con
rasgos serios, y con una postura firme y segura que demostraba que era el líder
de la torre Citnun, él era Riban.
-Señor,
los enemigos se alían, al parecer son capaces de aliarse entre ellos por el
simple hecho de terminar con nosotros.
Esas
palabras hicieron cambiar el rostro de Riban, el cual izó una pequeña sonrisa.
-¿Y
por eso tanto escándalo?-Dijo con una carcajada que resonó en toda la sala-
Podemos terminar con ellos fácilmente como lo hicimos hace unos años.
-Señor
ya no hay que subestimarlos, al parecer la Torre Gicam, se ha aliado con la de
Crian, y, son las más grandes torres de la rebelión, al parecer también se
unirán con la Torre Brama y eso significa… - El joven calló al ver que todos
los superiores del consejo empezaron con los murmureos.
-¡Silencio!-
Intervino Riban, su grito fue tan firme que todos callaron en el acto- ¿Esos
patanes no se dan cuenta que se están aliando con sus enemigos?, que
pretenden...
-Riban-
Una voz temblorosa intervino, era el
anciano descendiente del fundador de la Torre, el abuelo de Riban- No te das
cuenta de lo que esto significa…, quiere decir, que se están dando cuenta de lo
fuertes que serían aliados, sí, es cierto esas tres Torres son enemigas pero
tienen el mismo propósito, terminar con esta, y si se unen con la de…
-Calla,
eso no sucederá, estos inútiles piensan que podrán hacer caer esta torre… pobres
ilusos ni uniéndose entre ellas
conseguirán nada, somos más fuertes y tenemos más recursos, además, ¿quieren
una guerra? Hace unos años también nos desafiaron y mira lo que pasó, el mundo
cambió por completo, se podría decir que vivimos en un infierno- Riban se
acercó al gran ventanal- ven aquí chico- dijo al joven que había ido a
llevarles la noticia- ves y diles a los mensajeros que manden un comunicado
diciendo que aceptamos, si quieren una nueva guerra la tendrán, ciencia contra religión, es algo tremendamente estúpido,
nosotros los científicos ya hemos conseguido responder a todo, ¿oyes muchacho?
¡A Todo! Así que ahora vete y diles lo que te he dicho.
El
joven salió del salón a toda prisa, pero alcanzó a oír lo que dijo el abuelo de
Riban:
-Esto
terminará mal, estamos causando nuestra propia destrucción.
Mientras
tanto Riban seguía observando por la ventana, costaba ver a causa del humo que
había, aquel humo era causado por un nuevo incendio, uno de los cientos que se
causaban por culpa de la contaminación
que hay en la Tierra, contaminación que tenía
consecuencias, y malas, muy malas, se lograba ver una pequeña aldea al pie de
la torre, era una aldea sencilla no muy avanzada a las que había en la tierra,
la última guerra que hubo lo destruyó prácticamente todo, y se consideraba un
milagro que llegarán poder arreglar la población poco a poco, por eso, vivían socialmente como en la edad media de
los Terrestres, simplemente las torres contenían tecnología, y era simplemente
para investigar, e intentar curar
enfermedades y, crear armas…
El
joven una vez pasado el pasillo de los superiores llego otra vez al lugar donde
la multitud aún estaba alborotada, el chico miro todo con su mirada seria pero
con una leve chispa de tristeza, suspiro y siguió su camino, el joven, tal y
como le dijo Riban, se dirigió a comunicar que avisaran a las torres que
aceptaban su petición, y estallaría una nueva guerra, el nombre del joven era
Bracno, era un aprendiz de guerrero, quería poder plantar cara a las tres
torres que amenazaban con destruir todo lo que quedaba.
En
la aldea de Crian, había una gran cola procedente de una mesa, en la cual había
un hombre sentado, preguntando y
anotando las respuestas de los que aguardaban en la cola.
-Siguiente-dijo
el hombre sentado en la mesa- Oye muchacho, no tengo todo el tiempo del mundo así
que pasas o te largas-Se dirigía a la extraña figura que se alzaba a unos
cuantos pasos de la mesa, aquella figura, tenía su rostro tapado con una
capucha, que a la vez, era una capa de color morado oscuro, que llamó bastante
la atención; aquella figura avanzó hasta ponerse delante de aquel hombre-
¿Edad?
-Catorce
años-dijo aquella extraña persona, con una voz segura, el hombre frunció el
ceño, al parecer le sorprendió la edad, pero la apuntó y siguió con las preguntas.
-¿A
qué has venido? ¿Qué puesto ocupas muchacho?
-Guerrera-contestó
la muchacha sin mostrar emoción alguna
-¿Guerrera?-En
ese momento, la muchacha se quitó, la capa, y se vio su rostro, una larga
melena de color chocolate que le llegaba hasta la cintura, el hombre se
sorprendió, pero no tardo ni un segundo a responder-Anda niña, vete a jugar a
tu casita, que no estamos aquí para
juegos.-El hombre agarró el formulario que había estado rellenando y lo rompió,
en ese momento la muchacha reaccionó, salto encima de la mesa, y sacó la espada que tenía en la espalda dentro
de su funda, entonces, apuntó al hombre con la espada, justo, donde tenía el
cuello, se escucharon murmureos y varios sonidos de sorpresa.
-No
soy yo la que está jugando con mi vida en estos momentos, así que rellenas este
formulario o te corto en pedazos- dijo la muchacha sin vacilar, el hombre
aparto la espada que estaba ya al rozar su cuello, y empezó un nuevo
formulario.
-¿Nombre?-La
muchacha hizo una leve sonrisa y bajo de la mesa de un salto.
-Me
llamo Maya-El hombre izó un leve gesto de sorpresa al oír ese nombre, le sonaba
de algo, pero no sabía de qué, entonces después de terminar el formulario miró
a la muchacha, y se sorprendió bastante al ver su posado orgulloso, contenía la
espada pasando por encima de su hombro, y con una sonrisa satisfactoria, el
hombre le dio el formulario que había estado rellenando y le mostro con el dedo el sello que acababa de
poner, la muchacha sonrió, cogió el papel y se alejó de allí en un momento, sin
dejar rastro.
Torre
Citnun
Bracno una vez comunicado el mensaje se fue hacía el
campo que había detrás de la torre Citnun, el cual servía para los guerreros
novatos como el, bajó las escaleras de la torre hasta llegar a la puerta de
atrás, cruzó la puerta y siguió su camino,
entro en el espeso bosque Ronber, después de cruzarlo llegó al campo de
guerreros, el sueño de Bracno era ser el mejor guerrero de todo Lumin.
-Bracno-
una chica lo llamó mientras se acercaba a él saludándole con una brillante
sonrisa, era Brisa, la guerrera más fuerte de todos los novatos, le pidieron
más de una vez que subiera de rango, ya que el nivel de novatos era demasiado fácil para ella, pero
siempre rechazaba, ella según los
entrenadores era de un nivel 15, los cuales, todos los que pertenecían a ese
nivel eran llamados Loanos, la muchacha
se puso delante de Bracno y le miró con una sonrisa burlona, la muchacha era
apuesta, más alta que Bracno, era de piel morena , ojos y cabello color miel,
la consideraban la muchacha más bella de todo Citnun, que era una de las más
grandes torres de Lumin- Dime, ¿a qué has venido?, ¿no te avían dado una misión
súper secreta y genial?
-Cállate-
le interrumpió el joven con una mirada entre molesta y divertida- Tenía que
mandar un comunicado a Riban.
-¿Qué,
un comunicado a Riban?, ¿Qué clase de comunicado?
-Al
parecer los santos-la última palabra
la dijo con tono desagradable – han decidido aliarse entre ellos para atacar
Citnun y…
-¡Formen
filas!-El entrenador ya estaba dando las órdenes del entrenamiento, Bracno
calló y fue a su puesto habitual- Parejas, empezaréis con un ataque de nivel 5,
así que NOVATOS, quiero veros luchando al máximo, ¿entendido?
-¡Si
Rago!- dijeron todos los novatos a la vez, ellos eran de nivel entre 1 y 5,
hoy, era el día en el cual elegirían quien sube de nivel, un día bastante importante
para los novatos, pero más para Bracno, que llevaba desde los 13 años en ese
grupo, él pensaba que no servía para eso, y que en algún momento debería
dejarlo, pero era su sueño, y no quería abandonar tan rápido, en cambio a Brisa
no le importaba subir o bajar, ella era feliz solo estando con Bracno aunque él no lo supiera.
Como
siempre Brisa se acercó a Bracno para formar pareja con él, pero al verla
Bracno hizo una mueca e inclinó la cabeza, no quería formar pareja con Brisa,
esta vez no, ella era de nivel superior a él y a los demás, y hoy quería subir de nivel si o si, y no lo conseguiría si iba con ella.
-Brisa,
hoy no formaré pareja contigo, eres de nivel superior que yo, y si lucho contra
ti mientras me examinan sé perfectamente que nunca pasaré de nivel, solo por
esta vez, ¿De acuerdo?
Brisa
le miró desconcertada, cerró los ojos, respiró hondo y se alejó sin decir
palabra.
<<Ya
iré más tarde a hablar con ella>>, pensó, entonces se dirigió hacia el
más flojo del grupo y le preguntó si quería formar pareja con él, el muchacho aceptó.
El
combate empezó, cada pareja se enfrentaba uno contra otro, el que dejará a su
contrincante indefenso ganaba
-¿Quién
quiere empezar?-pregunto Rago
-Yo
misma- era Brisa, dio un paso en frente con su contrincante, también una chica,
solo habían dos entrenándose para ser guerreras en el rango de novatos, cada
vez habían menos.
Brisa
se puso en medio del campo, y levantó el arma dirigiéndola a su contrincante,
eso significa el comienzo del combate, duró muy poco, la contrincante de Brisa
se le lanzó encima, pero esta la esquivó con una agilidad impresionante,
entonces con un suave gesto de mano desarmó a su contrincante, la cual se
encontraba sentada en el suelo, desconcertada, Brisa le tendió la mano para
ayudarla a levantarse.
-Buen
trabajo Lian- y le dedicó una hermosa sonrisa, Lian agarró la mano de Brisa y
se levantó.
-Gracias-
y le devolvió la sonrisa.
-Ganadora
de la primera batalla: Brisa- Anunció el entrenador- No sé si vale la pena,
pero igualmente te lo pregunto ¿Quieres formar parte del nivel quince?
-…Me
lo pensaré, cuando terminen todos los combates te daré una respuesta-Todos se
quedaron asombrados, ya que siempre, respondía con un no, un no firme y seguro,
el que más se sorprendió fue Bracno, que estuvo buscando la mirada de su amiga
para que le diera alguna explicación, pero las miradas no se cruzaron.
Bracno
y su compañero Groan, eran los últimos, cuando los penúltimos ya habían
acabado, y ya les tocaba, Brisa se acercó a Rago.
-De
acuerdo, subo al nivel quince.
-¿Segura?
En
ese momento Bracno estaba deseando que fuera una broma, no quería quedarse
solo.
-Sí,
segura
Bracno sufrió un pequeño shock sintió que todo le
daba vueltas, pero entonces volvió a la realidad, y aceptó que Brisa fuera al
nivel que le correspondía, desde ya hacía mucho tiempo tenía que haber subido
de nivel, y seguía en novatos por él.
Era
su turno, de demostrar todo, dejar ahí la piel si hacía falta, ya estaba en
medio del centro, se disponía a levantar la espada cuando algo los volvió a
interrumpir, esta vez, una extraña figura que se puso en medio del campo, esa
persona, tenía una capa color morado, era Maya, y como solía hacer, se quitó la
capucha de la capa e hiso una sonrisita malvada, todos se quedaron en silencio,
nunca habían visto a esa muchacha.
-Muchos
de aquí, no me conocéis ya que pertenecéis a la torre de la ciencia, pero todos
los de las torres de la religión me conocen- empezó a explicar la muchacha
mientras caminaba- Soy Maya, de la torre Brama-La muchacha hizo una pausa,
sabía que era lo que dirían y que la
intentarían echar o algo parecido Rago
fue el primero en reaccionar.
-Lo
siento muchacha – dijo Rago mientras se le acercaba- Debes abandonar este lugar
de inmediato, te lo ordeno.
- De
ordenar nada- entonces Maya le puso delante de la cara el formulario que le
rellenaron en la aldea- esta es la nueva norma, está permitido que personas de
otras torres vayan entrenar a las contrarias, no importa si son científicos o
religiosos, yo tengo el formulario con el sello, así que ya sabes…- dijo Maya
mientras le daba el papel en las manos e iba donde estaban los demás. Los otros
muchachos esperaban la respuesta del entrenador, que no respondió muy contento.
-Sí,
tiene razón, estas dentro del grupo de Citnun SANTA- contestó Rago, pero como hizo Bracno, la palabra Santa la
dijo sin ganas.
-Total,
en las torres de los santos no hay buenos guerreros lo dicen en todas partes, y
dicen que las chicas no pueden ser
guerreras, por eso debe a ver venido aquí, se acabará hiendo-dijo un muchacho.
Maya
no hiso ningún gesto en respuesta a aquel muchacho, simplemente se limitó a
mirar a Bracno con una mirada de curiosidad y rabia a la vez, Bracno le
devolvió la mirada, no estaba muy contento con la idea de que Maya, una santa , estuviera en Citnun, y mucho menos el
hecho de que había interrumpido su examen, el chico consideraba aquella
muchacha una santa como todos los demás, pero no sabían que ella era diferente, a TODOS,
absolutamente TODOS los ‘’santos’’ que habían en todas las torres de la
religión, su nombre, aparecía en la profecía….
La
muchacha volviendo a ignorar todo se dispuso a contemplar el espectáculo, le
hizo una sonrisa burlona a Bracno mientras el muchacho iba de nuevo al centro
donde por fin, si nadie les volvía a interrumpir, tendría lugar la batalla
donde se decidiría si subía o no de
rango.
Levantó
la espada, el contrincante fue el que se acercó primero, cuando se dirigía a darle un golpe
seco a la espada para que cayera al suelo, el joven Bracno hizo media vuelta y
le golpeó con el mango de la espada en la espalda de su contrincante cosa que
hizo que se debilitara por un momento, Bracno sabía que esos segundos, si eran bien empleados, podrían provocar su victoria, terminó de dar la vuelta entera
se giró hacia su contrincante que aún estaba girado de espaldas a él, cruzó sus
pies con el de su rival, y este, cayó al suelo, entonces, el silbido sonó, era
Rago, eso significaba que la batalla había terminado, todo fue muy rápido pero
sí, Bracno lo consiguió, gano a su contrincante, eso significaba que lo consiguió,
subía de rango, eso sí, Rago se quedó por un instante con la mirada fija en el
muchacho como si estuviera viendo a un fantasma, Bracno estaba mirando a Maya con mirada burlona,
quería dejarle claro a esa chica lo que valía y lo consiguió no era por querer
impresionarla, era simplemente para demostrarle que él era muchísimo mejor que
ella, Bracno sintió que alguien le miraba en ese momento se giró de golpe, y
vio como todos observaban a Rago, que seguía con la mirada fija en Bracno, Rago
al darse cuenta de que todos le observaban pestañeó y le dio sus más cordiales
felicitaciones a Bracno, el muchacho aún no entendía la reacción anterior de su
entrenador pero había cosas más importantes para el en ese momento, había
conseguido subir de rango, pero aún no sabía en qué nivel lo colocarían.
-Maya-la
voz de Rago se elevó para destacar entre los demás murmullos- es tu turno,
¿contra quién quieres luchar?
Maya caminó observando a cada uno de los posibles
contrincantes, la muchacha se plantó en frente de un muchacho que parecía el
mejor de ese rango, entonces levanto la mano y lo apuntó con la espada sin
decir nada, el muchacho sonrío, era su manera de decir que aceptaba el reto, se puso en el centro
junto a Maya, el muchacho, llamado Ryan, fue el primero en atacar, Maya, como
una mariposa esquivó el golpe, pero el muchacho no era tonto y le dio con el
mango de la espada en la mano intentando hacer que a maya se le cayera la
espada, pero no lo consiguió, la muchacha cayó al suelo pero levantó
rápidamente sin dar tiempo al muchacho a reaccionar, con un grácil gesto salto
detrás de Ryan, que quedó tan impresionado, al igual que los espectadores, y no
le dio tiempo a reaccionar, cuando quiso darse cuenta se hallaba en el suelo
sin espada en las manos, Maya, había superado a Ryan, en menos de un minuto, la
muchacha, se colocó la espada en la espalda y volvió donde estaban todos los
demás espectadores indiferente, Rago la
miro un momento, como si estuviera pensando algo, entonces, llegó el momento de
decir en que rango subirían todos los vencedores.
-Todos
menos Maya, Brisa y Bracno subirán al nivel dos-entonces se giró hacia Bracno
Brisa y Maya que estaban en el mismo lugar-Subiréis al nivel 15- en ese momento
sonó la campana de la torre, la clase había terminado, Rago se giró sin dar
oportunidad de hablar a ninguno de los tres, dio un silbido y se alejó por el
aire.
-E…
Estoy… ¡En el nivel 15!, no me lo puedo creer-Dijo Bracno llevándose las manos
a la cabeza y olvidando la presencia de Maya que lo miro con cara de
decepcionada.
-¿Por
estar en el nivel 15 de alegras tanto? Me imaginaba más de ti científico.-Dijo
mientras se alejaba.
-¡Espera!
¿Quién te crees que eres para hablarme de esta manera?-Bracno iba a seguir a
Maya cuando una mano lo paró, era Brisa, entonces le miró a los ojos y le
dedico una dulce sonrisa.
-Felicidades,
has estado impresionante… Bracno, ¿has hecho este esfuerzo para estar en el
mismo rango que yo?
El
joven miró a la muchacha sorprendido por su reacción
-Sí,
llevas conmigo desde que era pequeño, ahora no podía separarme de ti- En el
rostro de la muchacha se dibujó una gran sonrisa que soltó una risa, luego se
despidió de Bracno y se alejó, ya era hora de abandonar el campo.
En
realidad Bracno no ganó pensando en
ella, pero pensó que sería muy egoísta de su parte decirle aquello así que se
limitó a decirle que sí. Pero sentía que había algo que se le olvidaba, <<si
lo olvido es porque no es nada importante>>, pensó, y se alejó del campo,
ya era el último.
Se
dirigió hacia su casa, no pasó por el
camino más rápido si no que decidió dar un pequeño paseo por el bosque,
conducía también a su casa pero había
que dar una vuelta tremenda, el camino más rápido era pasando por la torre
Citnun, el muchacho alzó la mirada al cielo, un cielo ya nocturno, vio una
figura volando, pero siguió con la mirada fija en el cielo, pero con un suspiro se limitó a seguir su camino, Lumin, no era un
planeta, era un reino, un reino paralelo a la Tierra, donde pocos podían ir, aquel
reino no era un lugar acogedor, era todo incendios y humo… y
todo a causa de los habitantes de la Tierra, Lumin fue creado para dar más
tiempo a la tierra, para que no se destruyera tan rápido , entonces, recogía toda la contaminación, y de esa manera
el reino quedaba contaminado, y al ser tan pequeño se contaminaba con más facilidad, no estaba creado para que
vivieran humanos, pero algún humano de la Tierra vino y se reprodujo dejando
así vida en este reino, una de las otras
razones por la que los Lumianos odiaban a los humanos de la Tierra.
Bracno
llegó a su casa, una pequeña choza de ladrillos mal colocados, lo cual algún
día podía derrumbarse, abrió la puerta, todo estaba oscuro, como siempre y
encendió la vela que tenía al lado de la puerta, su casa por dentro era un poco
más grande de lo que parecía por fuera,
solo tenía dos habitaciones, el salón que también era el cuarto de
Bracno, y el baño. De eso estaba compuesta su casa, vivía solo, no conoció a
sus padres, pero tampoco quería. Se sentía abandonado y rechazado, por ellos,
cuando fue encontrado en la ciudad no recordaba nada, entonces al ser un niño
de cinco años lo acogieron, y la mayoría de los habitantes lo trataban como a
un hijo o nieto, le llevaban la comida, ropa, y le construyeron un buen hogar,
el cual, fue destruido cuando las
personas que la construyeron murieron, sin Bracno saber porque habían varias
personas de la aldea lo odiaban, y al cabo del tiempo se fueron multiplicando
hasta ser considerado el marginado, con los únicos que hablaba era con los de
las clases de guerrero.
Se
dirigió a una esquina de su casa donde en el suelo se hallaban unos trapos, se
tumbó y después de unos segundos se quedó dormido sin saber que al otro lado de
su ventana había alguien espiándolo.
A la
mañana siguiente Bracno se dirigió al mercado, después del examen los
aspirantes a guerreros tenían 1 mes de descanso y no pensaba desperdiciarlo,
fue al ultramarinos para comprar algo de comer, al salir de la tienda vio a un
gran grupo de personas miraban algo que al parecer les hacía bastante gracia,
Bracno no era una persona a quien le gustaba meterse en asuntos que no eran
suyos pero al ver tanta gente le pico la curiosidad y optó por ver qué pasaba y
se puso a caminar entre la gente hasta llegar a primera fila donde le
impresionó mucho lo que vio en el centro
estaba Maya mirando al suelo mientras que un grupo de chicos de unos 17 años se
burlaban de ella, <<Sí que se ha corrido rápido la voz de que una santa anda por la aldea>> pensó
Bracno.
-Y,
explícanos, ¿cuantos dioses tenéis los santos?
-Eso
depende de cada torre…
-Entonces,
¿quieres decir que cada torre tiene un dios diferente?-esta vez el joven
pregunto con un tono burlón, Maya levanto la cabeza y le dirigió una mirada que
provocó un escalofrío a todos los presentes en aquella disputa.
-No
pienso hablarle de los dioses a un científico ignorante como tú- Esta vez Maya
habló con un tono desafiante algo que al parecer le molesto bastante al tipo
que hablaba con ella.
- ¿Y
cómo tus dioses te van a proteger de esto?-Dijo el muchacho furioso mientras
levantaba un puño que dirigía a Maya.
-Así-Maya
cogió justo a tiempo el brazo de su contrincante y lo dobló de tal manera que
crujió junto al grito del joven.
-Para,
para, ¡te lo suplico para!- Pero al parecer Maya hacía oídos sordos a sus
suplicas.
-¿Sabes
lo fácil que sería acabar contigo?-Todos quedaron paralizados por aquel acto y
por la mirada de Maya, literalmente no parecía la misma sus ojos en ese momento
eran de un rojo intenso parecía que estaban ardiendo, eso sí, Bracno al darse
cuenta reaccionó sin saber porque, se colocó a su lado y le cogió el brazo en
un intento fallido de hacerla soltar el brazo del joven, Bracno se sorprendió
al ver la fuerza que tenía, se escuchó otro crujido seguido del grito del muchacho
a quien estaba torturando.
-¡Para!-En
ese momento el muchacho cayó al suelo agarrando su brazo y huyó, junto a él
corrían los que habían presenciado aquella escena tan aterradora, Maya estaba
en brazos de Bracno el cual la agarro de los hombros y la giró para que lo
mirara a los ojos y al parecer funcionó poco a poco los ojos de ella fueron
recuperando su color habitual, aquel marrón miel,cuando ya se calmó y se dio
cuenta de la situación se apartó bruscamente de Bracno.
-¿Que
se supone que estás haciendo?-Dijo de espaldas al muchacho.
-No
sé… Es decir, te estaba…, estaba ayudando a ese chico estabas a punto de
arrancarle el brazo, ¡LITERALMENTE!
-¿A
si?, pero, de todas formas no es asunto tu…
-Espera-
la interrumpió Bracno- ¿no sabías que estabas haciendo?
-No
es asunto tuyo-terminó su frase Maya mientras se iba.
-¡Espera!-
Dijo Bracno mientras la cogía del brazo
-Suéltame-Maya
miró a Bracno con una mirada asesina que le puso la piel de gallina, pero no la
soltó.
-No,
quiero saber qué es lo que te acaba de pasar.
-Yo
solo soy una santa más ¿recuerdas?
-Lo
empiezo a dudar
-¿Que?
-Nada.
-Bien,
¿me sueltas?- Bracno dejó ir el brazo de Maya, eso sí, sin gana alguna.
Bracno
se puso andar rumbo a casa que era la dirección contraria que había tomado Maya.
-Al
parecer te has hecho muy amigo de la santa-Brisa
apareció al lado de Bracno y empezó a caminar a su lado.
-¿Me
estabas espiando?
-¿Yo?,
tengo cosas mejores que hacer- contestó Brisa con tono burlón.
-¿Cómo
cuáles?- preguntó Bracno con una sonrisa en la cara
-No
me cambies de tema, ¿Qué estabas haciendo con Maya?
-Nada,
ha habido una pelea entre ella y un tipo del pueblo y me he limitado a
separarlos.
-Bracno…,
cuando os he visto estabais los dos solos, no me mientas-Brisa no pudo evitar
que le temblara la voz.
-No
te miento, luego todos se fueron corriendo porque… -Bracno decidió no decirle
lo del extraño comportamiento de Maya a Brisa, ya que seguramente no lo
creería.
-Termina
la frase.
-No
nada olvídalo.
-Pues
entonces dime, ¿qué hacíais?
-¿Me
estabas espiando verdad?
-Responde
a mi pregunta, no cambies de tema.
-Brisa,
no tengo porque decírtelo, además, ¿desde cuando eres mi madre para estar
detrás de mí de esa forma?, yo puedo hacer lo que quiero y cuando quiera. –En seguida
se arrepintió de lo que dijo, supo que aquellas palabras habían dolido a Brisa,
incluso más de lo que se esperaba-Brisa… no quería ofenderte solo es
que…-Bracno no pudo terminar de hablar, Brisa se había ido sin que se diera
cuenta.
Como
cada día, al llegar a casa, Bracno encendió la vela de al lado de la puerta, eso sí, esta vez se
llevó una sorpresa, al lado de la chimenea se alzaba una pequeña figura que
reconoció a simple vista.
-¿Qué
haces aquí?, yo no recuerdo haberte invitado.
-Escúchame
un momento científico, tengo una pregunta que hacerte.
-Vale,
te la responderé solo si tú respondes a la pregunta que te hice antes y luego
te vas de mi casa, aquí no pueden haber santas.
-Claro
lo que tú digas- Dijo Maya de mala gana- ¿Tu recuerdas algo de tu pasado? Me
refiero a padres, hermanos, familia…
-Esa
pregunta es muy extraña
-Bracno,
acabo de descubrir algo, que te podría llegar a interesar, pero primero, tienes
que responder.
-¿Qué
clase de cosa?
-Algo
bastante importante, tanto que podría cambiarte la vida por completo, eso sí,
necesito que respondas.
-No
recuerdo a nadie de mi familia…-Maya soltó un suspiro, pero al parecer de
decepción.
-No
me lo puedo creer, porque tenías que ser tú, no lo entiendo…
-Pero
¿a qué viene todo esto?
-¿Has
oído hablar de la profecía de la libertad?
-Claro
que sí, todos hemos oído hablar de esa profecía el problema es que los santos no nos han dicho que es lo que
dice, existen incluso leyendas sobre esa profecía, espera, ¿tú, tú la conoces?
-Claro
que sí- dijo Maya orgullosamente- incluso tengo aquí una copia.
-¿Qué
haces con una copia?, dicen que solo la puede tener las personas con poder en
las tierras de los santos, ¿acaso tu eres una princesa o algo parecido?
-¿Yo?
Que va…, es solo qué…-Maya se puso a buscar algo dentro de su capa y sacó lo
que parecía un pergamino.
-¿Eso
es la copia?
-Sí,
¿tienes de verdad ganas de verlo?
-Pues
claro, aunque seamos científicos creemos en las profecías de los santos-Maya
frunció el ceño- Sé que es raro pero, más de una profecía vuestra se ha
cumplido, entonces, se puede decir que la poca admiración que sentimos hacia
los santos es gracias a vuestras profecías.
-Muchas
gracias-Dijo ella con sarcasmo mientras desataba el nudo que mantenía cerrado
el pergamino, una vez desatado la cuerda granate cayó al suelo, y Maya
desenrolló el pergamino, se acercó a Bracno para que pudiera leerlo, pero
entonces dio un paso hacia atrás-Bracno, prométeme por lo que más quieres en el
mundo que esto no lo sabrá nadie.
-¿Por
qué? Esto es algo…-Maya miró a Bracno con una mirada desafiante-De acuerdo, de
acuerdo lo prometo no pienso decir esto a nadie.
-Ni
a nada, ¡prometelo!-Bracno se puso la mano al pecho.
-Prometo
solemnemente que nadie ni nada sabrá nada sobre esta profecía de mis labios.
-De
acuerdo- Maya se acercó a él entregándole el pergamino-Léelo- y Bracno empezó a
leer.
-Una
guerrera de los nuestros se unirá en la batalla final para Lúmin liberar, aún
no ha nacido, pero pronto nacerá y por el nombre Maya se llamará, un importante
papel tendrá al terminar con todo mal que a nuestro mundo acecha, otras tres guerreras
habrá, la cual solo una más a nuestro reino pertenecerá, lleva el viento en su
nombre, y corazón de cobre, fuerte, valiente, y lista, y lo que más la
caracteriza, su belleza espectacular, cuidado con las siguientes dos, de la
Tierra tendrán que ser traídas, porque sin ellas no hay salida y no habrá triunfo,
una la más inteligente valiente y sincera que podrían encontrar , la otra será la que mejores opciones dará, las dos en Londres vivirán, y de la misma
edad que Maya serán, no son familiares, ni siquiera amigas, pero curiosamente
las encontraréis unidas, una, larga melena rubia tendrá, en cambio la otra
corta y anaranjada será, los barones supuestamente son tres pero uno más
encontraréis un traidor pero tarde lo descubriréis el cual mucho mal causará,
dos Barones de Lúmin procederán uno poco de su pasado recordará y de la torre
Citnun será, guerrero de alto nivel es solo que aún no encuentra por lo que
luchar, aunque crea que lo sabe ya, otro de las montañas del fin del mundo
procederá ya ha nacido hace mucho ya, del traidor información no sabréis pero
pronto en el confiaréis, el último muchacho en Tokio reside y su mente en otros
mundos vive, contando al traidor en total ocho son, al final de la batalla solo
cinco quedarán a tres dejaréis atrás, suerte les deseo a los guerreros, si con
el causante de todo mal en Lúmin desean acabar.-Bracno quedó callado
por un momento y buscó la mirada de Maya que curiosamente le estaba
mirando-Esto, esto, no puede ser, ese del que hablan no soy yo, ¿cómo iba a
salir en una profecía?¿Quien escribe esto? No, no me lo puedo creer, y ¿a qué
mal se refiere?
-Si
quieres te lo responderé a todo, pero primero cálmate, ¿de acuerdo?
-Sí,
¡si pero responde!
-Veamos,
estoy segura de que eres tú el que
aparece en la profecía, en Citnun todos recuerdan su pasado, todos menos tú,
las profecías las escriben unas personas que tienen un tipo de don, que es que
pueden predecir más o menos el futuro, quien escribió esta profecía fue Marco
de la torre Dorada, la más grande de todas, contando la de los científicos, aún
sigue vivo pero al parecer no quiere hablar conmigo sobre la profecía hasta que
estemos todos reunidos…. Y el mal al que se refiere es algo que puede cambiar
por completo nuestro mundo, al parecer, podemos liberar Lúmin, es decir, dejar
de recibir la contaminación de los estúpidos Terrestres.
-Entonces,
según esta profecía ¿hay alguien por allí divirtiéndose haciendo que recibamos
toda la contaminación de la Tierra?
-Exacto
-¿Y
pretendes que me crea todo esto?
-Oye
escúchame- dijo Maya con tono enfadado mientras apuntaba a Bracno con su dedo y
lo empujaba hacia atrás-Tu querías saber sobre la profecía, y yo te la he
mostrado, tú apareces en ella quieras o no, tú tienes que cumplir una misión y
la cumplirás, así que deja de comportarte como un crío ¡estúpido científico!
-Oye
tranquilízate, a mi quien me dice que no me estas mintiendo- en ese momento
Bracno recordó que los santos nunca mentían tras jurar por su dios-Muy
bien-Prosiguió Bracno-Júrame por tu dios que esto es cierto y no es ninguna
broma de mal gusto.
-¿Es
necesario?
-Sí,
si quieres que te crea
-Juro
por el dios Jeran y la diosa Mitya que lo que te estoy diciendo no es ninguna
broma de mal gusto ni nada por el estilo, es cierto, no intento engañarte de
ninguna forma.
-No
me lo puedo creer, espera, pero ¿qué es lo que significa el texto en sí?
-Eres
realmente ignorante…
-Si
quieres que te ayude en esta tontería primero tienes decirme que significa, es
decir, no todo el texto se puede entender.
-¿Quieres
que lo analicemos?-Dijo Maya mientras sostenía el pergamino y buscaba un lugar
donde dejarlo.
-Si
es posible, sí-Bracno señaló una pequeña mesa que había en un rincón oscuro de
la casa, Maya se dirigió allí y coloco el pergamino abierto encima de ella.
-Así
no se puede leer nada-Bracno se alejó y cogió la vela que siempre había al lado
de la puerta, luego fue donde solía dormir y empezó a buscar algo entre las
mantas, entonces sacó de allí un farolillo oxidado que parecía que hace unos
años era de color negro, colocó dentro en su base la vela y luego colocó el
farol en la mesa.
-Veamos-empezó
Maya- esta profecía dice que ocho personas tendremos que acabar con el causante
del mal en Lúmin.
-¿Pero
que mal?
-Ya
te lo he dicho antes, la contaminación que tenemos a causa de la Tierra la está
causando alguien, y podemos pararle los pies
-Y eso significa dejar de estar atados al planeta azul.-Dijo
casi en un susurro Bracno.
-Exacto. Ahora estoy buscando a la segunda chica de la
profecía, dicen que está en la torre Citnun ¿tienes idea de quién puede ser?
-¿Yo?
Si ya nadie me habla, solo unos pocos del curso de guerreros nada más.
-¿Enserio?-Bracno
repasaba con el dedo mientras leía en voz baja el párrafo donde se hablaba de
la segunda guerrera-Pero, ¿eso porque, no tienes…
-¡Claro!-la
interrumpió Bracno-Ya sé quién puede ser la segunda guerrera, esto es
increíble…
-¿Quién?-Preguntó
Maya con indiferencia.
-Brisa
-¿Brisa?
-Sí,
es la que han subido con nosotros al nivel 15, la que era morena de piel y
tenía el cabello largo, pero un poco menos que el tuyo y de color miel.
-Sí,
ya sé a quién te refieres, pero, ¿Cómo has llegado a esa conclusión?
-Mira,
esta parte dice lo siguiente: a nuestro reino pertenecerá, lleva el viento
en su nombre, y corazón de cobre, fuerte, valiente, y lista, y lo que más la
caracteriza, su belleza espectacular.-Maya miro a Bracno y frunció el
ceño.
-¿Estás
seguro?
-No
cabe duda su nombre es Brisa, tiene un gran corazón, y es muy fuerte y
valiente, y lo que me convence del todo es lo de ‘’su belleza espectacular’’,
es la más bella de la torre Citnun, y podría asegurar que es de todo Lúmin.
-De
acuerdo, algo que está claro es que no podemos equivocarnos, es decir, solo
tenemos una oportunidad, si no es ella la habremos liado.
-Confía
en mí, estoy seguro.
-No
se puede confiar en los científicos…-Maya bajó la mirada y miro al suelo,
Bracno se dio cuenta de ello pero no lo comentó.-Yo ya me tengo que ir,
recuerda de esto ni una palabra a nadie.
-¡Espera!-Maya
se giró hacia Bracno.
-Que-dijo
malhumorada.
-Aún
no me has contestado a la pregunta.
-Me
había olvidado, pero, más te vale que esto quede entre nosotros.
-Descuida,
no diré nada, además dudo que a alguien le interese lo que tenga que decir-
dijo Bracno con una media sonrisa.
-Digamos
que si salgo en la profecía, es por el don que tengo, aunque yo no lo
considero
un don, cuando me enfado mis ojos se vuelven rojos y mi fuerza aumenta de
manera increíble hasta un punto que parece imposible y lo malo es que no puedo
controlarlo es decir es como si no fuera yo, y lo mismo me pasa con los otros
sentimientos tristeza se me vuelven los ojos azules, frustración se me vuelven
verdes…
-¿Quieres
decir que si salgo en la profecía es porque tengo un don?
-Sí
-Pero hay algo que no entiendo aún del todo, en la
profecía ya salía tu nombre, ¿no podría ser que en realidad tú no eres la
verdadera chica que tiene que salir en la profecía?
-No
te entiendo.
-Es
decir, que tu madre quería que fueras la guerrera de la profecía y te puso ese
nombre-Maya soltó una carcajada.
-Pobre
iluso, los santos ya tenían eso en cuenta, así que escondieron esa parte de la
profecía hasta que nací yo, y mi madre me puso ese nombre, además yo soy la
única persona en el mundo que tiene ese nombre, es único.-Maya abrió la puerta
y desapareció en las sombras de la noche.
Tami,
bajaba las escaleras de su casa a toda prisa, llegaba tarde a la clase de piano.
-¿No
vas a desayunar hija?
-No
madre, llego tarde.
-Si
aún falta media hora para que empiece la clase, siéntate y desayuna.
-No
en media hora no llego-Dijo Tami mientras salía a la calle.
Antes
de ponerse a correr por las calles de Londres contempló su casa, una casa
enorme de cuatro pisos con una fachada de color azul y con flores en relieve, y
todas las ventanas eran iguales menos la de su cuarto cada cristal tenía un
color distinto, tres colores ocupaban
esa ventana, dorado, verde y azul, sus colores favoritos, esa ventana
estaba hecha de tal manera que cuando el sol se asomara por el horizonte tocara
de lleno en la ventana y esta reflectara los colores donde se encontraba su
cama, era algo que no todos tenían.
Tami
siguió su camino y se adentró en un pequeño callejón que era un atajo que pocas
veces tomaba, unos minutos después salió de él y corrió por la calle central
donde todo estaba a petar de gente, eso parecía un circuito de obstáculos
pensaba cada mañana Tami, una vez superado ‘’ese circuito`` giró a la derecha,
y allí se encontraba la clase de piano a la que le tocaba ir cada fin de
semana, la puerta era un espejo, (el cual la muchacha agradecía que estuviera
allí), se puso a arreglarse un poco los
pelos de loca que llevaba tras la carrera contra reloj que acababa de
hacer, se puso una pinza de pelo para sujetarse el flequillo que siempre le
molestaba al tocar el piano, y recogió su melena con una coleta, dio un último
vistazo a su imagen reflejada en el espejo, una chica de catorce años, con una melena larga y rubia, al dar
ese último repaso entró en la clase y dio comienzo su clase de piano.
-¡Noah,Noah!
Despierta
-Que
quieres ahora- respondió Noah con voz cansada.
-Lo
mismo que antes que te despiertes, hay mucho que hacer hoy.
-¿Tareas
de la casa?
-Eso
mismo-Dijo la madre de Noah arrancándole las sabanas que la envolvían.
-Ya
vaa- contestó vagamente la niña mientras se sentaba en la cama y pasaba sus
manos por los ojos- Me siento rara- esa respuesta no pareció sorprender a la
madre, que le tiró la manta a la cara y salió por la puerta.
-Baja
ahora mismo-Dijo lo voz de la madre que ya se escuchaba lejos del cuarto que
Noah compartía con su hermana pequeña.
Noah
repasó con la vista su habitación para ver si había cambiado algo, y como hacía cada día
miró debajo de su cama, como siempre no había nada, un ovillo de pelusa nada
más, luego hizo lo mismo con la cama de su hermana, y tampoco había nada, se puso
en pie, hizo su cama y fue al lavabo, una vez allí se lavó la cara y fue a la
cocina donde le esperaba el desayuno.
-¿Solo
hay esto?- dijo Noah mirando con mala cara una galleta que había encima de la
mesa.
-Me
temo que sí-dijo la madre que estaba de espaldas a su hija lavando el mármol de
la cocina.
-Y,
¿Qué ha pasado con las sobras del desayuno de ayer?
-Ya
se ha caducado del todo, ya ha pasado más de un mes de la fecha en la que se
tenía que caducar.
-Pero
tendremos algo para comer ¿no?-Noah se impacientó al ver que su madre no
contestaba-¿No?- volvió a repetir.
-No,
nos hemos quedado sin nada, eso es lo último que nos queda, hasta la semana que
viene nos las tendremos que apañar-Su voz tembló al decir eso, y Noah supo lo
que significaba, se levantó de la silla con la galleta en la mano aún sin
empezar, hizo girar a su madre y vio que
lo que suponía era cierto, los ojos de su madre estaban húmedos, mas húmedos de
lo normal.
-Mama…
no llores, no te preocupes saldremos de esta- dijo Noah abrazando a su madre,
que se puso de rodillas para abrazar mejor a su hija-Toma- Noah, le estaba
entregando a su madre la última galleta, el último alimento que podrían tener
hasta que pasara una semana, su madre no pudo evitar que se le cayeran dos
lágrimas, y entonces abrazó a su hija con más fuerza.
-Eres
un angel- eso lo consiguió decir sin que su voz temblara, se limpió la cara con
agua, se acercó a su hija y partió la galleta en dos, le dio el trozo más
grande a Noah, y ella se quedó con el pequeño, intentó disfrutar lo más que
podía con el sabor de esa galleta, luego vio cómo su hija se ponía el trozo de
galleta en la boca, y entonces se fijó en que los ojos de su hija empezaban a
humedecerse, hubiera soportado cualquier cosa, pero no esa escena, entonces hizo
a su hija levantar la cara para que la viera, entonces se dio cuenta de que
empezó a pestañear con fuerza para que su madre no la viera llorar-No tienes
que fingir con migo- dijo ella con una media sonrisa, al ver eso Noah paro de
pestañear con tanta rapidez y le cayeron unas cuantas lágrimas que su madre le
secó con las manos, luego pasó la mano por el cabello de su hija-me encanta el color de tu pelo.
-Pues
yo no lo soporto.
-Si
el pelirrojo es un color que queda genial, sobre todo con el pelo corto como el
tuyo.
-Si
tú lo dices…- Dijo Noah sonriendo
Cuando recién había salido el sol Bracno fue a
buscar a Brisa para explicarle lo de la profecía y que ella también aparecía en
ella, no sabía si esperar hasta encontrarse con Maya, pero luego se dio cuenta
de que no sabía dónde vivía, así que se limitó a hacer su trabajo, su casa no
estaba muy lejos de la de Brisa así que no iba con ninguna prisa, fue caminando
por las calles con su cara seria de siempre, aunque en ese momento por dentro
sentía alegría, mucha alegría pero no sabía exactamente el motivo, empezó a
mirar a la gente a la cara cosa que raramente hacía, cuando lo miraban con cara
de desprecio el los ignoraba y les sonreía como respuesta, y así fue hasta
llegar a casa de Brisa la casa era bastante acogedora, tenía un jardín que
nadie sabía cómo conseguía mantener con vida, habían rumores que decían que era
una bruja, pero pocos hacían caso de esos rumores ya que se sabía que los
habían puesto a la luz las enamoradas celosas de que los chicos que querían
estuvieran enamorados de Brisa y no de ellas, Brisa que tenía diecisiete años
había recibido seis propuestas de matrimonio las cuales todas rechazó, su casa
era humilde, pero preciosa, era la casa que mejor se mantenía de la aldea.
Bracno
se acercó a la puerta para llamar, pero la puerta se abrió sola y se encontró
en la puerta a Maya que se quedó por un momento mirándolo.
-Llegas
tarde- dijo Maya.
Bracno
pasó dentro de la casa y Maya le siguió.
-¿Ya
le has explicado todo?-dijo Bracno al ver a Brisa con la copia encima de la
mesa, al parecer Brisa estaba con las dos manos apoyada en la mesa concentrada leyendo el pergamino, Bracno se
quedó mirándola fijamente, estaba preciosa, tenía el cabello suelto, pero tenía
dos pequeñas trenzas rodeando su cabeza.
-Sí,
cuando antes terminemos antes tendremos más respuestas, no podía decirte que
iba a ver a Brisa porque seguramente te hubieras ofrecido para ir con migo y
solo me retrasarías.
-Maya-sobresaltó
la voz de Brisa-Hay algo que aun no entiendo muy bien, aquí pone que tres personas de la profecía son de la
Tierra, ¿eso significa que tendremos que ir a buscarlos?
-Cuando
era pequeña me explicaron detalladamente la profecía, al parecer cuando seamos
tres ya podremos ir a buscarlos, es decir, tú, yo, y Bracno viajaremos a la
Tierra.
-Alto,
un momento, tú eso a mí no me lo explicaste- intervino Bracno.
-Será
que no escuchas-dijo Brisa sonriendo.
-Probablemente
te hubieras negado rotundamente a participar.
-Entonces
¿ahora me veo obligado a participar en esta búsqueda no?
-Exacto-
contestaron las dos chicas a la vez.
-No
sé quizás sea solo un presentimiento, pero creo que Brisa sabe mucho de la
profecía-<< o Maya le ha explicado más cosas que a mi>> pensó
Bracno.
-Creo
que sabe más o menos lo mismo que yo-contestó Maya
-Ayer
vino en plena noche a hablarme sobre la profecía así que ya de paso le pedí que
me explicara todo lo que sabía.- le explicó Brisa.
-Entonces
tú, Brisa, ¿participaras en esta aventura?- Bracno ya había dicho que
participaría y no podía dar marcha atrás pero Brisa aún no había contestado a
Maya.
-Claro,
¡será divertido!
-Genial
nos vamos de excursión- Dijo irónicamente Bracno.
-¿Cuándo
queréis que vayamos rumbo a la Tierra?- Pregunto Maya seriamente.
-Cuando
antes empecemos antes acabaremos- dijo Bracno.
-¿Cuándo
podrías tener todo listo para empezar el viaje?
-Dentro de tres días.
En
ese mismo instante el portal de Coranda emitió unas leves pulsaciones que nuestros
héroes no pudieron percibir, pero una chica al otro lado del portal sintió
una extraña sensación.
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